¡Hola! Soy Marc Vilarnau, fundador de Bisuala, un estudio de motion design especializado en crear animaciones que conecten emocionalmente con el usuario. Hoy quiero hablaros de un principio clave en nuestro estudio: cómo gestionamos las decepciones en un proyecto y qué hacemos para aprender de ellas.
Aunque en redes sociales pueda parecer que todo es siempre perfecto, la realidad es que todos los proyectos a los que nos enfrentamos presentan desafíos. Y no siempre conseguimos salir airosos en el primer intento. Es precisamente en esos momentos, cuando un cliente nos dice que no está satisfecho con una animación o que necesita rehacer un diseño, donde aprendemos más sobre nuestras debilidades. Sin embargo, también son momentos que pueden convertirse en situaciones de conflicto difíciles de gestionar, especialmente para los creativos.
Un ejemplo real de cómo aprendemos de un error
Recientemente, trabajamos en un vídeo explicativo sobre agricultura regenerativa. Nuestro cliente era el director de un documental, y nuestra animación formaba parte de su proyecto. A pesar de tener un proceso creativo claro en Bisuala, reconozco que en este proyecto cometí un error importante: di por hecho que el cliente nos daba "carta blanca" para diseñar el estilo que quisiéramos.
Y aquí es donde surgió el problema. Aunque el cliente había mostrado su confianza en nosotros, eso no significaba que no quisiera estar involucrado en el proceso. Hay clientes que prefieren sentirse incluidos en cada paso, mientras que otros no. Asumir que todos prefieren no involucrarse fue nuestro error.
¿Qué pasó?
Nuestro cliente confundió los styleframes con bocetos. Los styleframes son representaciones visuales de cómo quedará el diseño final en una escena, pero sin animación. Como resultado, comenzamos a animar un material que no coincidía con el estilo que él esperaba, especialmente por el tema de la adecuación al público objetivo del documental.
Aceptar el error y aprender de él en el diseño de movimiento.
Nadie quiere tener que volver atrás en un proyecto. A nivel emocional y económico, no es lo ideal. Sin embargo, lo que menos nos gusta es tener un cliente descontento y un proyecto que no alcanza su máximo potencial. Por eso, decidimos arremangarnos y volver a la fase inicial, rediseñando todo desde cero. Y esto, en términos financieros, no era la opción más rentable. Pero a largo plazo, lo vemos como una inversión. En un cliente satisfecho, en un equipo más resiliente, y en un aprendizaje que aplicaremos en proyectos futuros.
El resultado: un cliente feliz y un equipo satisfecho
El esfuerzo valió la pena. Al final, el cliente quedó muy contento con el resultado y nos agradeció enormemente la dedicación, la comprensión y la voluntad de adaptarnos a sus necesidades. Lo que parecía una situación difícil terminó siendo una experiencia de colaboración enriquecedora.
Además, nuestro equipo disfrutó mucho del proceso. A pesar de las dificultades iniciales, todos los que estuvieron involucrados en el proyecto se sintieron partícipes del éxito final. Este tipo de proyectos refuerzan la importancia del trabajo en equipo y la comunicación, y nos enseñan a afrontar los desafíos con una mentalidad abierta.
El valor de aprender de los errores
En nuestro estudio, consideramos que cada desafío es una oportunidad para mejorar y crecer. Gestionar los conflictos de manera efectiva es una de las claves para lograr proyectos de calidad y mantener relaciones de confianza con nuestros clientes. Sabemos que el diseño de movimiento no solo se trata de crear animaciones bonitas, sino de entender las necesidades del cliente y trabajar juntos para llevar esas ideas a la pantalla de la mejor manera posible.
Si estás buscando crear una animación para tu proyecto, ¡nos encantaría ayudarte!
En Bisuala, estamos siempre dispuestos a escuchar tu proyecto y ofrecerte soluciones de motion design que se adapten a tus necesidades. No dudes en contactarnos, estaremos encantados de trabajar contigo.
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